Antonio Gramsci
Edición y prólogo de Francisco Fernández Buey
Traducción de Esther Benítez
Cartas desde la cárcel
Salamanca: Veintisieteletras, 2010, 369 págs., 19 €
La prisión y el exilio, el silenciamiento, han sido el destino de miles de intelectuales a lo largo de la historia. También de Antonio Gramsci, filólogo, periodista, dirigente antifascista, teórico del marxismo.
A los 35 años de edad, siendo secretario general del Partido Comunista italiano, es detenido por el gobierno de Mussolini. Acusado de conspiración, fue condenado a una larga pena de cárcel. No obstante, la prisión no pudo con él. Quien fuera un infatigable activista en la prensa y en las fábricas de Turín, desplegó en prisión, a pesar de la incomunicación y de sus severos problemas de salud, una portentosa actividad intelectual: sus imprescindibles cuadernos, fundamentales para la teoría marxista y para el pensamiento filosófico en general, y sus cartas, dirigidas sobre todo a su esposa Yulca y a sus hijos –a quiénes nunca volvió a ver-, a su cuñada, a su madre y amigos. Pese a ser redactadas bajo una férrea censura, en ellas refleja sus inquietudes literarias, su preocupación por la historia y la política, pero también el conmovedor desvelo por su familia y por sus niños, en cuya formación ansía intervenir. Ellas son la muestra más íntima de la profunda humanidad y la altura moral de quién las escribió.
Publicadas diez años después de su muerte, en 1947, las Cartas ganan el Viareggio, máximo galardón literario de Italia. Esta edición, en la traducción de referencia de Esther Benítez, incluye treinta cartas más, entre ellas todas las enviadas a Yulca, y se acompaña de un prólogo definitivo del profesor Fernández Buey acerca de los avatares de Gramsci y su correspondencia. Hito de la relación entre cárcel y escritura.
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