José Adriano de Freitas Carvalho
[Universidade do Porto]
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La escritura familiar cortesana: las «Instrucciones» de Juan de Vega a su hijo o la descendencia portuguesa de un texto célebre
11 de marzo de 2008 - 12:00 horas
Universidad de Alcalá
Facultad de Filosofía y Letras - Aula de Audiovisuales
C/ Colegios, 2 - 28801 Alcalá de Henares (Madrid)
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Resumen de la conferencia
En 1549, Juan de Vega (†20-12-1558), entonces Virrey de Sicilia, enviando a su hijo, Hernando de la Vega, a la corte de Carlos V, entonces en Flandes, donde espera la llegada del príncipe Felipe, le escribe unas instrucciones que otra cosa no son más que una carta con avisos o advertencias sobre lo que va a encontrar en la corte –variedad de gentes, modos, modas y modales, esto es, distintos estilos de «conversación»– y orientaciones para superar lo «diferente» y las diferencias en ese nuevo contexto de la vida de su hijo. Una buena parte –sus últimos avisos– están dedicados al comportamiento de ese joven en caso de ir a servir en la guerra.
Estas advertencias, tal vez por curiosidad, fueron comentadas en 1592 por don Juan de Silva, noble castellano, antiguo embajador de Felipe II en Lisboa –en esa fecha ya Conde de Portalegre en Portugal– y, además de Capitán General de Portugal, uno de los Gobernadores del reino después de la marcha del Virrey Cardenal Alberto de Austria, futuro Gobernador de Flandes. Su comentario lo destinó el Conde de Portalegre a «instruir» a su joven hijo heredero, don Diego de Silva, y, consciente de los cambios de los tiempos, le añadió unas reflexiones propias sobre la formación humanística en que debería empeñarse su hijo y los servicios y empleos cortesanos a que, por tradición familiar y educación propia, podría aspirar.
Tales circunstancias políticas y familiares relacionaban íntimamente al Conde de Portalegre con la sociedad lusa y pudieron haber determinado los comienzos de la fortuna en Portugal de este texto que, excepto una extraña edición (s.l., s.i., s.a.) actualmente representada por un único ejemplar (BE), siempre circuló manuscrito. Además de muchas copias del texto Vega-Silva –unas más completas que otras– que todavía se conservan en las bibliotecas portuguesas, el texto original de Juan de Vega no solamente fue «teóricamente» comentado hacia 1628 por don Francisco Rolim de Moura, gran señor y buen poeta –comentario del que se conservan igualmente varias copias–, sino que también desencadenó, desde 1598 hasta 1761, una serie de instrucciones y advertencias de grandes señores portugueses –y de otros que estaban lejos de serlo– que enviaban a sus hijos a la guerra o les advertían sobre sus comportamientos personales y profesionales en los empleos cortesanos que estaban sirviendo. Una de esas instrucciones fue dada por una reina de Portugal, Maria Francisca de Saboia (†1683), a su hija cuando ésta se preparaba, en 1682, para la boda (frustrada) con el príncipe Amadeo de Saboya.
Actualmente he podido registrar 20 instrucciones y localizar el texto de 13, de las que solamente 3, del siglo XVIII, fueron impresas.
Sin embargo, esta fortuna directa o indirecta de las Instrucciones de Juan de Vega no se plasmó únicamente en la «inspiración» de esas distintas y, naturalmente, muchas veces, actualizadas «instrucciones» de los siglos XVII y XVIII, ya que la encontramos citada..., aprovechada..., extractada..., y, teniendo en cuenta solamente el texto autónomo de don Juan de Silva, largamente comentado en alguna carta de consejos a un embajador portugués, lo que la asciende al nivel de las «autoridades».
En nuestra intervención intentaremos llamar la atención no sólo sobre la fortuna de un modelo de carta-instrucción, sino también señalar la posibilidad de que tales textos puedan documentar y ayudar a explicar la difusión y pervivencia de modelos de escritura y comportamiento en la sociedad del «Ancien Régime».
En 1549, Juan de Vega (†20-12-1558), entonces Virrey de Sicilia, enviando a su hijo, Hernando de la Vega, a la corte de Carlos V, entonces en Flandes, donde espera la llegada del príncipe Felipe, le escribe unas instrucciones que otra cosa no son más que una carta con avisos o advertencias sobre lo que va a encontrar en la corte –variedad de gentes, modos, modas y modales, esto es, distintos estilos de «conversación»– y orientaciones para superar lo «diferente» y las diferencias en ese nuevo contexto de la vida de su hijo. Una buena parte –sus últimos avisos– están dedicados al comportamiento de ese joven en caso de ir a servir en la guerra.
Estas advertencias, tal vez por curiosidad, fueron comentadas en 1592 por don Juan de Silva, noble castellano, antiguo embajador de Felipe II en Lisboa –en esa fecha ya Conde de Portalegre en Portugal– y, además de Capitán General de Portugal, uno de los Gobernadores del reino después de la marcha del Virrey Cardenal Alberto de Austria, futuro Gobernador de Flandes. Su comentario lo destinó el Conde de Portalegre a «instruir» a su joven hijo heredero, don Diego de Silva, y, consciente de los cambios de los tiempos, le añadió unas reflexiones propias sobre la formación humanística en que debería empeñarse su hijo y los servicios y empleos cortesanos a que, por tradición familiar y educación propia, podría aspirar.
Tales circunstancias políticas y familiares relacionaban íntimamente al Conde de Portalegre con la sociedad lusa y pudieron haber determinado los comienzos de la fortuna en Portugal de este texto que, excepto una extraña edición (s.l., s.i., s.a.) actualmente representada por un único ejemplar (BE), siempre circuló manuscrito. Además de muchas copias del texto Vega-Silva –unas más completas que otras– que todavía se conservan en las bibliotecas portuguesas, el texto original de Juan de Vega no solamente fue «teóricamente» comentado hacia 1628 por don Francisco Rolim de Moura, gran señor y buen poeta –comentario del que se conservan igualmente varias copias–, sino que también desencadenó, desde 1598 hasta 1761, una serie de instrucciones y advertencias de grandes señores portugueses –y de otros que estaban lejos de serlo– que enviaban a sus hijos a la guerra o les advertían sobre sus comportamientos personales y profesionales en los empleos cortesanos que estaban sirviendo. Una de esas instrucciones fue dada por una reina de Portugal, Maria Francisca de Saboia (†1683), a su hija cuando ésta se preparaba, en 1682, para la boda (frustrada) con el príncipe Amadeo de Saboya.
Actualmente he podido registrar 20 instrucciones y localizar el texto de 13, de las que solamente 3, del siglo XVIII, fueron impresas.
Sin embargo, esta fortuna directa o indirecta de las Instrucciones de Juan de Vega no se plasmó únicamente en la «inspiración» de esas distintas y, naturalmente, muchas veces, actualizadas «instrucciones» de los siglos XVII y XVIII, ya que la encontramos citada..., aprovechada..., extractada..., y, teniendo en cuenta solamente el texto autónomo de don Juan de Silva, largamente comentado en alguna carta de consejos a un embajador portugués, lo que la asciende al nivel de las «autoridades».
En nuestra intervención intentaremos llamar la atención no sólo sobre la fortuna de un modelo de carta-instrucción, sino también señalar la posibilidad de que tales textos puedan documentar y ayudar a explicar la difusión y pervivencia de modelos de escritura y comportamiento en la sociedad del «Ancien Régime».
José Adriano de Freitas Carvalho. Nacido (1937) en Castelo de Paiva (Aveiro). Doctor en Literatura Española, es profesor jubilado de la Facultad de Letras de la Universidad de Oporto donde explicó Literatura Española e Historia de la Cultura Portuguesa (Siglos XVI-XVIII). Becario en la Universidad de Estrasburgo donde fue alumno de Jean Dagens. Lector de Portugués en las Universidades de La Laguna, Salamanca y Londres (King’s College). Profesor visitante en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París) y en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Berckley. Coordinador Científico del Centro Interuniversitario de Historia da Espiritualidade (CIUHE) de la Universidad de Oporto (1994-2004) y miembro de la Academia das Ciencias de Lisboa desde 1995.
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