martes, junio 14, 2011

Jorge Semprún: una figura del exilio español


El pasado 7 de junio murió en su casa de París el polifacético Jorge Semprún, escritor, intelectual, político, pensador, etc.
Semprún nació en 1923 en Madrid, ciudad en la que vivió hasta el final de la Guerra Civil española, momento en el que se exilió junto a su familia. Durante la Segunda Guerra Mundial luchó en la Resistencia, fue apresado por los nazis y enviado, en 1943, al campo de Buchenwald, experiencia que le marcaría para el resto de su vida.
Ligado siempre a la escritura y la cultura publicó varias obras, muchas de ellas de carácter autobiográfico, como La segunda muerte de Ramón Mercader (1969), Autobiografía de Federico Sánchez (1977) y La escritura o la vida (1995).

El mejor homenaje que se le puede hacer es rescatar sus palabras, y así queremos hacerlo desde aquí, recordando al escritor y al hombre a través de uno de sus escritos más conocidos, animando con ello a la lectura de sus obras. Un ejercicio más que recomendable hoy en día.

Siempre puede expresarse todo, en suma. Lo inefable de que tanto se habla no es más que una coartada. O una señal de pereza. Siempre puede decirse todo, el lenguaje lo contiene todo. Se puede expresar el amor más insensato, la más terrible crueldad. Se puede nombrar el mal, su sabor de adormidera, sus dichas deletéreas. Se puede expresar a Dios, lo que no es poco. Se puede expresar la rosa y el rocío, el lapso de la mañana. Se puede expresar la ternura, el océano tutelar de la bondad. Se puede expresar el porvenir, los poetas se aventuran en él con los ojos cerrados, el labio fértil

Jorge Semprún: La escritura o la vida, Barcelona: Tusquets editores, 1995, p.26.

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